Tras
el calentamiento empezamos a utilizar el antifaz. Primero nos pusimos por
parejas, y uno de los dos componentes se ponía el antifaz mientras que la otra
persona lo tenía que guiar por el gimnasio, y así al revés. Después, por parejas
también teníamos que guiar por el gimnasio a nuestra pareja, haciendo que diera
vueltas, se agachara, guiándolo hacia delante, hacia atrás, hacia un lado,
hacia otro, etc., además hicimos cambio de parejas, es decir, mientras
guiábamos a nuestro compañero/a por el gimnasio lo podíamos dejar con otro
compañero de la clase para que lo guiara, por lo que en cada momento nos guiaba
una persona diferente. Pienso que en esta práctica al principio nos sentíamos
todos un poco inseguros pero una vez cogíamos confianza con la persona que nos
llevaba teníamos la sensación de libertad, relajación,… así pues, todo dependía
de la persona que nos llevara en cada momento.
Para
finalizar la clase estábamos todos tumbados en el suelo con el antifaz puesto y
las luces del gimnasio apagadas, para esto Jorge nos puso música (WimMertens,
Lir), y teníamos que hacer arrastres por el suelo (rodando, levantando una
pierna, un brazo,…) por lo que nos podíamos chocar con otro compañero/a o no.
Yo personalmente sí que me choque con algún compañero/a pero lo supimos
solucionar.
Esta
actividad me creo un estado de libertad y relajación, además como sabíamos que todos
los compañeros tenían los ojos tapados, por lo que no nos podían ver, pienso
que no teníamos vergüenza a la hora de realizar los movimientos.
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